Trabajaron en la construcción de vías férreas y luego en el campo y canteras. Familias radicadas en los inicios del siglo 20. Los comercios. Un libro de Manuel Iarrar.

Se los llamó erróneamente “turcos” y aún hoy muchos los conocen popularmente así. Dice la historia que los primeros inmigrantes de ese origen llegaron al país en la década de 1860, tras dejar atrás tierras que estaban bajo el dominio del Imperio Otomano, también denominado Turco Otomano. Ha escrito Carlos Alberto Segura –recordado compañero en La Vanguardia- que quienes venían tenían documentación de ese Estado. Ahí estuvo la primera confusión.

Sobre esa inmigración una fuente local importante es el libro “Los árabes en Balcarce”, de Manuel Iarrar, otro recordado vecino que hizo un interesante trabajo buscando datos diversos, recopilando apellidos y tareas que cumplieron en el partido y la zona quienes llegaron desde hace por lo menos 130 años.

Para hacer ese cálculo Iarrar encontró que trabajadores sirio-libaneses participaron en la construcción de las vías férreas para las formaciones del Ferrocarril del Sud. El primer tren de esa compañía fue recibido en la flamante Estación de la actual avenida Caseros en febrero de 1892. Otros inmigrantes tuvieron como destino laboral el campo en las chacras de papa, trigo y maíz, y otros más fueron comerciantes, obreros de la construcción y picapedreros en canteras del partido.

En ese libro el autor incluyó apellidos de familias que estaban en nuestro pueblo a principios del siglo 20. Así, mencionó a  Mansor, Alí, Casem, Bechir, Mirí, Fares, Manzur, Asefe, Murati, Gader, Musa, Hasan y Safe. En lo que se refiere al comercio hubo un gran mercado y tienda ubicado en pleno centro del radio urbano. Se denominó La Internacional.

DONDE ESTA LA MUNICIPALIDAD

Abrió Mohamed Casim Cheij ese muy grande local en 1917. Quien sería más adelante un pujante comerciante logró que su negocio funcionara en un solar de la calle 16 con una apreciable superficie. Así, en la cuadra entre las actuales avenida del Valle y calle 17 el frente del comercio iba desde un tramo de la primera, comprendía la esquina y seguía por la 16 hasta donde hoy está la sede del Club Sportivo Trabajo.

Es decir, que el comercio estuvo donde se ve al Palacio Municipal. Allí los clientes balcarceños compraban prendas, zapatos, artículos de ramos generales, además de concurrir a ser atendidos en una peluquería y una farmacia. En una charla que tiempo atrás Iarrar mantuvo con La Vanguardia, acotó sonriente que el gran mercado  La Internacional “fue una especie de shopping”.

Siguiendo con comercios instalados por árabes mencionó otros de aquel tiempo: El León, de Hasan Hassan en calles 24 y 21; la

Buenos Aires, de Juan Rosa en 13 y 14; La Generosa, de Josuf Nifuri en 13 y 12; y La Montaña, de Osman A. Mansur que estaba en avenida Gonzales Chaves y 11.

También un quehacer laboral fue en aquel tiempo la que llevaron adelante los vendedores ambulantes que caminaban, iban andando en bicicleta o en carros con uno o dos caballos. Así recorrieron campos para ofrecer varios artículos, comestibles, las que eran llamadas chucherías, otras  mercaderías y ropas. Se los llamaba buhoneros.

Iarrar fue al respecto agregando datos en su meritorio trabajo escrito. Apuntó que en esas giras los vendedores llegaban a las zonas de El Verano, Las Piedritas, El Capricho, Tres Boliches, Laguna Brava, Bosch y en otros parajes y lugares en donde había gente que trabajaba y vivía. Hay otro interesante dato que Manuel comentó en la charla con un periodista y fotógrafo del diario hace cerca de diez años.

Estimó que alrededor de 1980 alcanzaban a una docena de árabes, con 3.000 descendientes, los que residían entonces en Balcarce. Sobre su libro tuvo palabras de agradecimiento a los comerciantes y vecinos que apoyaron esa edición, con la cual quiso rendir un cálido homenaje a los “paisanos” que allá, en los años de 1880, llegaron a Balcarce buscando trabajo y donde radicarse.