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Jueves, 02 de Mayo de 2024 | 8922 Usuarios únicos

María Soledad Santini: ´Como país estamos en deuda con nuestras endemias´
17-03-2019

La directora del Centro Nacional de Diagnóstico e Investigación en Endemo-Epidemias (CeNDIE)-ANLIS Malbrán e investigadora del CONICET habló con La Vanguardia sobre el rol que tiene en el control de enfermedades. La balcarceña investiga sobre hantavirus y chagas.  La función del Estado. La perspectiva eco-epidemiológica.

-¿En qué área específicamente desarrolla su tarea en el Malbrán?                 

-El CeNDIE es un centro que, desde una perspectiva eco-epidemiológica, se encarga de desarrollar estrategias de prevención y control tanto de problemáticas endémicas como epidémicas. Si bien Chagas y Leishmaniasis son su fuerte, también se trabaja en líneas como Lepra, Ricketsiosis, Problemáticas transmitidas por mosquitos (Dengue, Zika, Chicungunya, Fiebre Amarilla), entre otras.

-¿A qué se refiere con una perspectiva Eco-epidemiológica?                              

-A los que trabajamos en salud nos han enseñado a pensar la epidemiologia como una disciplina más numérica, donde el profesional solo la piensa como tasas y frecuencias… por ejemplo que edades tienen el grupo de personas que se enferma, o bien cuál es su sexo. Es lo que se conoce como una mirada más biologicista de la enfermedad, más lineal en el sentido de que es causa-efecto. Cuando pensamos desde la Eco-epidemiología también llamada Epidemiología Crítica, en realidad lo que estamos tratando de hacer es interpretar esos números, tasas o frecuencias dentro en un marco. Entendemos que esos números no están aislados, sino que están relacionados con la cultura, la historia, la religión, clase social, y reproducción económica de esa población. Se aborda la problemática desde el concepto salud-enfermedad como un todo, por esto mismo no podemos extrapolar el conocimiento de una región a otra, sin ser previamente validado.

-¿Existe ahora un sector clave para el desarrollo de investigaciones sobre Chagas y otras parasitosis?                                                             

-Si bien en la Argentina hace tiempo se investiga Chagas, de hecho hay un Instituto, el Instituto Nacional de Parasitología, Dr. Mario Fatala Chaben también del ANLIS Malbrán que se ha especializado en esta problemática desde hace más de 50 años.  Y si bien desde el Ministerio de Ciencia y Técnica se han estimulado estas líneas de investigación, aún falta mucho por hacer. Para mí es importante destacar que el Chagas es y será un desafío que debe estar en la agenda sanitaria de todos los gobiernos. No solo por la transmisión más conocida, la transmisión vectorial (desde la vinchuca), sino por la transmisión congénita (madre-hijo), que es la que más infectados aporta en el último tiempo. Por otro lado, creo que también como país estamos en deuda con nuestras endemias. El Chagas existe en estos territorios desde antes que Colón llegara a América, incluso hay historiadores que postulan que Charles Darwin se contagió de Chagas cuando estuvo por estas tierras. Con esto quiero decir que el Chagas existió siempre y nosotros como país endémico, a pesar de los esfuerzos realizados, aún no hemos podido erradicarlo. Nos debemos pensar, por ejemplo, en el desarrollo de Kits de diagnóstico rápido así como en el desarrollo de drogas específicas para el parasito que la causa. Estos desarrollos los lograremos el día que entendamos la importancia de apostar a lo propio, de que nosotros mismos generaremos este conocimiento y no dependamos del resto del mundo ni de los entes privados.

-¿Qué evidencia y en qué se ha podido avanzar en la lucha contra esta y otras enfermedades?                                                                                  

-Bueno respecto al Chagas es un poco en la línea que mencionaba. Hay, claro, otras problemáticas sanitarias que afectan al país, pero siempre va a depender de la región en la que estemos. Argentina es un país muy extenso con 18 eco-regiones, así que según sobre qué región estemos, serán las principales problemáticas sanitarias. Por ejemplo, en el Noroeste de Argentina estuvimos atravesando un brote de Leishmaniasis tegumentaria, consecuencia de los grandes desmontes de esa región. Así mismo el mal uso, o el uso indiscriminado de sustancias químicas como insecticidas, está generando poblaciones resistentes de insectos vectores, algo similares a lo que se está ocurriendo con el mal uso de los antibióticos, en ambos casos se generan poblaciones resistentes que si bien la ciencia avanza en sus investigaciones, no da abasto para contenerlas. Por eso es muy importante que la comunidad se sienta parte de las estrategias de prevención y control de las problemáticas sanitarias. Con esto quiero decir que, si te recetan un antibiótico, tenes que cumplir la toma como te la indica el médico. Si sos un municipio y tenes que fumigar para disminuir la probabilidad de un brote, lo debes hacer como se indica. En lo que respecta a prevención y control, debemos contemplar que la ciencia por sí sola no puede salir a responder todas las demandas. Todos debemos ser parte. Hay vacuna para Fiebre Amarilla pero parte de la población se resiste a colocársela. Ni hablemos de sarampión, ni de los movimientos antivacunas.  

-El Hantavirus fue noticia particularmente el año pasado ¿Cómo está la situación actualmente?                   

 -Efectivamente el Hantavirus fue un problema entre fines del 2018 y principios del 2019, pero lo real es que en Argentina hay 4 regiones de transmisión activa: Norte (Salta, Jujuy), Centro (Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos), Noreste (Misiones) y Sur (Neuquén, Río Negro y Chubut). En cada una de estas regiones circulan distintos genotipos de virus Hanta, pero en todos los cuidados son similares. Lo que yo creo que hay que destacar, es que los cuidados preventivos deben realizarse siempre, y no solo cuando estamos en brote, como ocurrió este año con Epuyen-Chubut. A ver, uno debe lavarse las manos siempre, no esperar a que haya algún problema para comenzar a hacerlo.

-¿Qué avances hubo?                                                                                   

-Respecto a Hantavirus, el estudio realizado desde el INEI-Malbran se pudo identificar que el genotipo viral causante del brote ocurrido en Epuyen-Chubut, efectivamente fue Andes Sur. Además, se halló un porcentaje de identidad genética de 99,9% entre todas las secuencias de los casos del brote analizados, confirmando el mecanismo de transmisión (entre personas).

-¿Cree que se sobredimensionó el tema?                                                                

-A ver, si es desde lo informativo, es cierto que ocurrió un brote y es sabido para todos los que hacemos epidemiología que siempre hay que involucrar a los periodistas y a la comunidad para que tomen los recaudos necesarios. La información adecuada en el momento oportuno ayuda a contener procesos como los transitados. Dar buena información en el momento oportuno, son estrategias que deben respetarse para contener problemas de esta índole, pero esta estrategia debe ser manejada con cautela.

-¿Cuál es la enfermedad que más preocupa por su propagación y niveles de contagio?                                                                                    

-Bueno va a depender de donde estemos que enfermedad sea la más preponderante. Hoy existe una preocupación mundial por los aumentos de casos que se están dando de Sífilis y Balcarce no es la excepción. Pero para conocer efectivamente cual es el principal problema sanitario que atañe a nuestra ciudad hay que investigarlo. Muchas veces ocurre que uno cree conocerlo por la percepción que tiene, pero desde una visión científica, a las percepciones hay que demostrarlas. Identificar las áreas con más ocurrencia de enfermedades es un interesante desafío para nuestra ciudad. Tengamos en cuenta que no siempre las enfermedades están en relación directa con la falta de servicios. Hay enfermedades que se desencadenan por otros motivos y para evitarlas hay que identificarlas, y así volvemos a la primera pregunta, todo desde una visión eco-epidemiológica.

-¿Hay apoyo del Estado para el desarrollo de las investigaciones?                  

-Y bueno, todos sabemos que se eliminaron el Ministerio de Ciencia y el Ministerio de Salud. Al eliminar ministerios lo que se hace es, por un lado sacar de agenda política temas puntuales y estratégicos y por otro se disminuye el presupuesto para esos fines, nuestro caso sería tanto para la salud como para la ciencia aplicada a esta. Es así como uno pasa a depender del conocimiento ajeno para poder sobrellevar problemáticas sanitarias locales; y recordemos que no es tan sencillo extrapolar conocimientos de un territorio al otro, porque las enfermedades se suceden de diferentes maneras y las prioridades son distintas, por ejemplo a Mar del Plata muy probablemente no le preocupe lo mismo que a Puerto Iguazú. A ver, yendo a otra escala, un ejemplo claro hoy es la Rabia. Existen diferentes virus que producen rabia. Si bien en Argentina la rabia terrestre (la rabia más conocida) está casi eliminada consecuencia de las grandes campañas antirrábicas realizadas; la rabia aérea (que se transmite de murciélago a murciélago) aún sigue siendo de riesgo, así para Argentina la rabia sigue siendo un problema. Las vacunas que se utilizan para esta enfermedad se importan, pero hay una falta, en el mundo, de estas vacunas. Si Argentina pudiese producirlas el problema mundial no sería un problema para nosotros, esto lo lograríamos siendo independientes.

Responsabilidad del Estado

Asegura Santini sobre el rol del Estado en el control de las enfermedades: “Chagas, Leishmaniasis, Lepra, Sífilis, Tuberculosis, etc deben ser responsabilidad del Estado, como garante este de la salud de sus ciudadanos. Para ello tenemos un primer gran desafío, reconstruir el proceso salud-enfermedad desde la perspectiva de la determinación social de la salud. Esto nos permitirá identificar las distintas vulnerabilidades sociales para contraer y desarrollar una enfermedad, como las diferentes condiciones de acceder a los tratamientos respectivos”, concluyó.  

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